por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
SUDRA
Damayanti morena en antifaz,
ahora que es estío, y yo un Arjuna,
cual un perro mendigo de tez bruna
voy a ti, odiado sudra, adonde estás.
Tu corazón cadáver no es capaz
de hallar amor alguno en parte alguna.
Eres máscara falsa, que en la Luna
ve sólo roca blanca y nada más.
Un rubí de Birmania es lo que exiges
para entregar tu cuerpo al pobre amante.
Eres dura y rastrera como hiedra.
Tu espléndida belleza se la infliges
a esos ricos obesos: es de piedra
tu corazón de vaisya comerciante.
Poesía incluida en en el libro de Claudio Madaires, Kamasutra descifrado
© Claudio Madaires (CAGB) Kamasutra descifrado no contiene material pornográfico de ninguna clase, siendo una apología poética del amor humano en estado puro.
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viernes, 2 de marzo de 2012
KAMASUTRA
por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
KAMASUTRA
Aprendí profundas cosas, dignas de ser conocidas,
de Vatsyáyana el muy sabio, de vírgenes y perdidas.
Me inculcaron mil mujeres ciencia de besos y abrazos;
y a gozar, mientras sufriendo, orgasmos y latigazos.
Sé de las sesenta y cuatro y sus lenguas innombrables.
Poseí cuerpos perfectos entre amantes admirables.
Pero el telón va cayendo, y, tras mortal maquillaje,
voy desnudándome todo del erótico ropaje.
Cual actor de kathakali, hoy confesaré sincero
que nunca hallé mutuo amor, aunque incansable viajero.
Y aquí me ven, traicionado, ya sin sed de irrealidad,
recordando su perfume cual esencia de piedad.
Ella elegirá marido de entre ricos pretendientes.
Los demás adoradores hemos de ser sus sirvientes.
Poesía incluida en en el libro de Claudio Madaires, Kamasutra descifrado
© Claudio Madaires (CAGB) Kamasutra descifrado no contiene material pornográfico de ninguna clase, siendo una apología poética del amor humano en estado puro.
claudio.madaires@gmail.com
KAMASUTRA
Aprendí profundas cosas, dignas de ser conocidas,
de Vatsyáyana el muy sabio, de vírgenes y perdidas.
Me inculcaron mil mujeres ciencia de besos y abrazos;
y a gozar, mientras sufriendo, orgasmos y latigazos.
Sé de las sesenta y cuatro y sus lenguas innombrables.
Poseí cuerpos perfectos entre amantes admirables.
Pero el telón va cayendo, y, tras mortal maquillaje,
voy desnudándome todo del erótico ropaje.
Cual actor de kathakali, hoy confesaré sincero
que nunca hallé mutuo amor, aunque incansable viajero.
Y aquí me ven, traicionado, ya sin sed de irrealidad,
recordando su perfume cual esencia de piedad.
Ella elegirá marido de entre ricos pretendientes.
Los demás adoradores hemos de ser sus sirvientes.
Poesía incluida en en el libro de Claudio Madaires, Kamasutra descifrado
© Claudio Madaires (CAGB) Kamasutra descifrado no contiene material pornográfico de ninguna clase, siendo una apología poética del amor humano en estado puro.
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